El tacto nutritivo
Últimamente no paro de inscribirme a diversos tipos de formación, mi curiosidad corre delante de mí. He asistido en los últimos meses a cursos sobre comunicación con varias entidades, de repostería con Aliter Dulcia, de pintacaritas con Froggies... y un curso que me encantó fue el de Educadora de Masaje Infantil con AEMI. Elsa, la profesora y Presidenta de la Asociación, no solo nos enseñaba con sus palabras, su forma de explicar, las actividades que nos recomendaba... toda ella era una fuente de aprendizaje gracias a su actitud, su mirada, su tono de voz, sus gestos suaves y en las prácticas con ella nos enseñó del mismo modo el respeto hacia los bebés, hacia las familias, a observar cada detalle, a entender el lenguaje de los bebés... Aprendí muchíiiisimo sobre la necesidad de contacto del ser humano: los besos, los abrazos, las caricias, la mano sobre el hombro, el masaje al bebé, todo ello nutre el espíritu de quien recibe ese tacto y de quien lo da. Así lo muestra Phyllis K. Davis en su texto Por favor, tócame, que comparto con vosotr@s aquí. Ya me diréis si os parece tan lindo como a mí. Feliz lectura.
"Si soy tu bebé, tócame. Necesito tanto que me toques. No te limites a lavarme, cambiarme los pañales y alimentarme. Méceme junto a tu cuerpo, besa mi carita y acaricia mi cuerpo. Tu caricia relajante y suave expresa seguridad y amor.
Si soy tu niño, tócame. Aunque yo me resista y te aleje, persiste, encuentra la manera de satisfacer mis necesidades. El abrazo que me das por las noches, ilumina mis sueños. El modo en que me tocas durante el día, me dice cómo sientes.
Si soy tu adolescente, tócame. No creas que, por ser casi adulto, no necesito sentir que aún me cuidas. Necesito tus brazos cariñosos y tu voz llena de ternura. Cuando el camino se vuelve difícil, el niño que hay en mí te necesita.
Si soy tu amigo, tócame. No hay nada que me comunique mejor tu cariño que un abrazo tierno. Una caricia curativa cuando estoy deprimido me asegura que me quieres, y me informa que no estoy solo. Tu contacto pudiera ser el único que logre.
Si soy tu amante, tócame. Podrías creer que basta la pasión, pero solo tus brazos alejan mis temores. Necesito tu toque de ternura que me da fe, y me recuerda que soy amado porque soy como soy.
Si soy tu hijo adulto, tócame. Aunque tenga mi propia familia para tocar, aún necesito que me abracen mamá y papá cuando me siento triste. Como padre yo mismo, mi visión ha cambiado y los valoro aún más.
Si soy tu anciano padre, tócame. Como me acariciaban cuando era pequeño, coge mi mano, siéntate cerca de mí, dame tu fuerza, y calienta mi cuerpo cansado con tu proximidad. Mi piel está arrugada, pero goza cuando es acariciada. No Tengas Temor. Sólo Tócame."
