Día de la cero discriminación
"Nadie debería ser discriminado debido a su género, identidad de género, raza, edad, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, religión, lengua, condición médica o cualquier otro motivo", indica la ONU. Esto implica que todas las personas reciban un trato digno cada día del año, este derecho se reivindica hoy: trato digno a todas las personas, independientemente de su diversidad.
En nuestra Aldea Mambullita, ese lugar imaginario en el que viven Ludo y Sofía, saben que cada persona puede aportar su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor, por eso la diversidad es bienvenida y aunque son poquit@s habitantes en la aldea, cada persona, cada familia es diferente, como podéis ver en esta entrada que publicamos hace tan solo unas semanas. Por supuesto, en nuestro establecimiento, Ludo y Sofía, seguimos los pasos de Aldea Mambullita recibiendo con gusto a cualquier tipo de familia y poniendo cuidado de no dar un trato discriminatorio a nadie... espero que lo estemos logrando, hay tratos discriminatorios tan normalizados que hay que ser muy consciente de cómo se actúa para no dejarse llevar sin darse cuenta...
Por eso es difícil no encontrar a lo largo del día actuaciones que de un modo u otro dejen entrever algún tipo de discriminación: cada día nos rodean acciones de micromachismo, l@s peques estorban y no son admitid@s en muchos establecimientos, mamás amamantando reciben insultos y palabras despectivas, personas con determinadas enfermedades reciben atención sanitaria discriminatoria en algunos sitios... la lista es interminable... pongamos de nuestra parte para que se vaya reduciendo hasta desaparacer. Quienes somos padres y madres tenemos este poder en nuestras manos: educar a nuestr@s hij@s libres de discriminación. Cuando son muy chiquit@s no sienten temor hacia lo diferente, sino curiosidad, no tienen prejuicios, ven a las personas como personas, sin más, aprendamos de ell@s.
Recuerdo cuando mi tío trajo a mi tía, su hermana, a vivir con mis padres. Era verano, salíamos todas las tardes a pasear mi madre, mi tía, mi perrillo, y mis tres hij@s, y luego a jugar al parque. Los primeros días, cuando nos encontrábamos a algún/a peque, hay quien se acercaba con curiosidad: "¿por qué va en esa silla tan rara con ruedas?", mis peques se adelantaban a contestar: "no puede caminar, pero puede ir a los sitios en su silla de ruedas", aclarada la duda pasaban a otra cosa. A veces la pregunta era: "¿por qué habla tan raro?", "ella es como una niña pequeña, aprende las cosas muy despacio y todavía no sabe hablar bien", "si es como una niña puede jugar con nosotros, ¿no?, ¿echamos una carrera?" y allá que íbamos empujando la silla de ruedas corriendo con los niños y niñas del barrio entre carcajadas.
"Lo que queremos es que la gente examine la causa de sus temores. Muchos tiene miedo sin saber realmente por qué y sin examinar las razones por las que sienten ese miedo. Es falta de conciencia. Una vez que uno tiene conciencia sobre sus temores, entonces uno empieza a deshacerse de ellos. Las sociedades y los gobiernos están constituidas por individuos, y a la larga los gobiernos deben tener la habilidad de afrontar sus temores e ir a sus causas”, Suu Kyii – Activista de la campaña y Premio Nobel de la Paz.
